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Comenzaremos diciendo que todos tenemos un alma, que somos nosotros en esencia, es nuestra luz y dicha alma es parte de nuestro verdadero Ser.
Vivir en el aquí y ahora, eso es lo que tenemos que hacer. Pero también es cierto, que hay que hacer caso a nuestra intuición, que es justo la voz de nuestra alma.
Hace unos años, conocí a una persona muy especial, y conectamos de una manera espectacular, ya nada más vernos, nuestras almas se reconocieron, aunque en esta vida era la primera vez que nos veíamos. Fue Amor a primera vista, lo recuerdo como si fuera hoy mismo, aquel viernes 18 de diciembre del 2009. Una fecha que marcaría un antes y un después en mi vida, y seguramente en la de él.
Después de conocerlo, y pasado más de 2 años, yo sentía que todos los acontecimientos que se estaban dando entre los dos, estaban dirigidos por el destino, ya que nuestro encuentro fue de una manera un tanto extraña.
Todas las sincronicidades que estaban apareciendo en mi vida, me estaban indicando, que esa persona yo ya la conocía, no se como explicaros. Es un sentimiento certero, de hecho él también lo comentó. La gente que nos mire, decía, creerán que nos conocemos desde hace mucho tiempo.
El alma, es la primera que reconoce, la mente no capta en ese momento la verdadera esencia del encuentro, claro está, a no ser que la persona ya tenga desarrollada esa sensibilidad especial, que es necesaria para ello.
Me considero una mujer normal, siempre he sido una mujer centrada Estas sensaciones se me estaban escapando de las manos. Sentía la necesidad de hacerme una regresión. Le pedí a un conocido que me la hiciera, me relajé mucho, pero cuando estaba apunto de verme en otra vida, tuve miedo y bloquee la situación, regresando inmediatamente al presente. Lo que si recuerdo, fue que oía el estruendo de una batalla, y caballos a mi alrededor.
No fue hasta 2 años más tarde que se me presento la oportunidad de hacerme una regresión de nuevo y decidí afrontar mi miedo, por el Amor que sentía hacía esa persona, que había despertando en mí esa parte dormida y que sabía que la conocía de otra vida.
Esta vez, puede entrar en la regresión con mucha tranquilidad, sin miedo, pues conforme me estaba relajando, entré en un estado de paz, me sentía muy ligera. Recuerdo la primera sensación, porque al principio fue una sensación y luego pude vislumbrar el paisaje.
Supe que estaba haciendo la regresión, por los sentimientos tan intensos que sentía al ir describiendo las escenas. Ya que la primera vez que haces una regresión, piensas me lo habré inventado, pero cuando acabas y has como revivido todo, sabes que la has hecho con certeza.
Yo era una niña rubia de unos 5 años, estaba en un pueblo y me sentía sola, mis padres no estaban en casa, pero sé que tenía una madre.
La persona que me estaba haciendo la regresión, me hizo avanzar en el tiempo. Ahora era una mujercita y estaba preparando los preparativos de mi boda. Me veía con un vestido de tela color crudo muy sencillo, tela normal como de trapos.
La siguiente escena, recuerdo que mi amado y yo estábamos peleando, porque el quería ir a la guerra y aplazar nuestra boda, yo sabía que me quería de verdad, pero también sentía que si iba no volvería. Ya que en aquella época yo tenía videncia.
Así, que en la siguiente escena, yo lloró desconsoladamente, porque habían matado a mi amado. Realmente en la regresión, yo lloraba de tal manera, que la chica que me estaba haciendo la regresión se puso a llorar en silencio, pues cuando salí de aquel estado me lo dijo y todavía tenía lagrimas en sus ojos.
En la siguiente escena, veo a un hombre vestido de negro, y unas mujeres que son malas a su alrededor, me quieren hacer daño, pues no soportan ver mi luz. Me doy cuenta que estoy siendo juzgada por la inquisición, de manera injusta, porque asesinaban a gente inocente.
En otra escena, me veo en la hoguera, pero noto como mi cuerpo de esta época tiembla pero no siento el dolor que pasé en Francia del Siglo XVII. Me doy cuenta de que tuve una hija con mi amado, yo estaba embarazada cuando él se fue a la guerra, Mi hija está entre el público con mi madre también de entonces. Suelto un grito de dolor, pero no por las llamas, sino por el gran dolor que siente mi alma de ver como me están viendo quemar.
Mientras me queman, les digo que les perdono y que Dios está conmigo. Que soy una hija de Dios, y que no saben lo que están haciendo. Hay otra mujer a mi lado, también la están quemando, pero no la conozco.
En la siguiente escena, me veo con mi amado, estamos en planos superiores, rodeados de nuestros guías, yo todavía estoy conmovida por la vida que pasé, siento mucho amor por mi amado, pero todavía siento que me dejará en esa vida.
Voy despertando de la regresión, y todavía me tiembla un poco el cuerpo, y continúo sollozando. Después de un rato, me calmo, me reincorporo y voy al baño.
La sensación que tuve, después de hacer la regresión, fue de liberación y gracias a ella, he podido comprender, muchas de las cosas que me han pasado en esta vida también. Siendo además consciente, de mi reencuentro en esta vida con personas queridas de aquella.
Es bueno hacer una regresión, para sanar algo que tu alma te está pidiendo a gritos, pero no para averiguar como un juego, quien has sido en otras vidas. Después de haber hecho esa regresión, no he vuelto ha sentir hacerme ninguna más. Pero ahora sé, que era necesaria hacerla, para poder sanar ese dolor de esa vida.
Os la recomiendo, en caso de necesidad, pero también si la hacéis, que sea alguien de confianza o recomendado, pues en esta vida hay de todo. No todas las personas están en la luz, aunque tenga dones.
También tuve un sueño antes de hacerme la regresión, en el que vi, a ese hombre que vestía de negro.
Así, que ahora soy consciente de que algunos de los sueños que tenemos, son recuerdos de otras vidas.
En una meditación, también pude verme en otra vida, en esa reencarnación era un niño pequeño budista, y me acuerdo que levanté mi mano y dije maestro!
Así, que sé, que nuestra alma nunca muere, lo que perece es nuestro cuerpo. Somos seres de luz, divinos y amorosos. Que al encarnar en la tierra muchas veces, hemos perdido ese recuerdo esencial, con todo lo que conlleva, y al no reconocernos y tener libre albedrío, nos hemos dejado llevar por el lado material en la mayoría de nuestras vidas, entrado en la rueda de la reencarnación, hasta que logremos sanar todos aquellos karmas que tengamos pendientes y podamos regresar a casa.
La vida es bella, procuremos vivir en el presente, la mayor parte de tiempo que podamos y aprendamos a querernos cada día más, la meditación es fundamental, para terminar con ese rueda de reencarnaciones en este planeta, pues será la que nos guíe al reencuentro con nuestra verdadera esencia.
Así, que sé, que nuestra alma nunca muere, lo que perece es nuestro cuerpo. Somos seres de luz, divinos y amorosos. Que al encarnar en la tierra muchas veces, hemos perdido ese recuerdo esencial, con todo lo que conlleva, y al no reconocernos y tener libre albedrío, nos hemos dejado llevar por el lado material en la mayoría de nuestras vidas, entrado en la rueda de la reencarnación, hasta que logremos sanar todos aquellos karmas que tengamos pendientes y podamos regresar a casa.
La vida es bella, procuremos vivir en el presente, la mayor parte de tiempo que podamos y aprendamos a querernos cada día más, la meditación es fundamental, para terminar con ese rueda de reencarnaciones en este planeta, pues será la que nos guíe al reencuentro con nuestra verdadera esencia.
Un abrazo,
Alicia "Manos Pequeñas"
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