miércoles, 3 de octubre de 2018

Estar abiertos al cambio.

Image courtesy of Idea go at FreeDigitalPhotos.net
Lo mejor para esto, es abrirnos a las posibilidades de cambio que surgen a cada instante; es poder conectar con nuestro ser interno, es ir hacia dentro y observar. Haciendo esto, lo que conseguimos es, que se nos muestre lo que necesitamos en casa momento, pues es nuestra alma, la que nos habla.

Para ello, recomiendo la meditación en el silencio. En ella, encontraremos la paz que nos hace falta, para avanzar de la mejor manera, en nuestro camino. Mucha gente, cree que meditar es sólo para unos pocos, y la verdad es que es algo que nos viene de serie y hemos olvidado como hacerlo conscientemente, debido a tantas distracciones externas.

Estamos en constante evolución, pues la energía está en constante movimiento y nosotros con nuestros sentimientos y pensamientos, nos vamos transformando y por ende a nuestro entorno. Pues, nuestra energía es tan potente, que transforma el entorno, y cuando dormimos seguimos desplegando nuestra energía.

Nuestros cuerpos, tan el físico, como los etéricos (emocional, mental y espiritual), nos hablan. Por eso, es tan importante prestarles atención, no sólo cuando enfermamos o tenemos alguna molestia. La manera más fácil es permaneciendo presentes, en el aquí y ahora, que es lo único que hay.  Siendo conscientes de nuestro sentir, que refleja nuestros pensamientos. El alma siente, la mente piensa. Por eso, yo siempre digo: ¡Haz lo que sientas! Si te sientes bien, a pesar de que puede haber algún miedo que sanar, es que vas bien.
 
Hay que aprender a actuar desde el sentir. Hay que abrirse a esa sensación, hay que abrirse a nuestra sabiduría interior, la del alma. Ella se muestra a través de la intuición, de la visión, del oído, de la sensación... desde ese espacio de calma y seguridad. Por eso, cuando estamos más tranquilos, alegres, positivos, compasivos, etc. es decir, vibrando más alto, captamos los mensajes mejor, y conectamos. Pero, cuando estamos vibrando bajo, con pensamientos negativos como: preocupación, miedo, duda, envidia, celos, rencor, etc., nos distorsionamos y bloqueamos nuestro canal.

Abrirnos a lo desconocido, a formas nuevas de actuar y pensar, a fluir con la vida, a aceptar aquello que no podemos cambiar, y  transformar aquello que sí. Es como cuando tocamos fondo, y nos decimos ¡necesito un cambio en mi vida!, así que pide al Universo y se te dará. Pero eso sí, atento a las señales, personas, cosas que llegan a tu vida para ese cambio. Por eso, se nos pide centrarnos en el presente, para recorrer nuestro sendero de vida de la mejor manera.

Dónde pones tu intención, fomentas la acción, y la creación, de lo pensado y sentido.

Abrir nuestra mente intencionadamente a nuevas formas de realizar las cosas, a nuevos aprendizajes, a nuevas experiencias, a nuevas sensaciones; es estar abiertos al cambio.

Un abrazo.

Alicia  "Manos pequeñas".